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San Benito: una tradición arraigada en el páramo merideño

por Redacción web

En lo alto del páramo andino, la devoción a San Benito de Palermo se erige como una de las tradiciones más representativas de la región. Este culto, originario de las zonas aledañas al sur del lago de Maracaibo, ha encontrado en los pueblos del páramo merideño un fervor que lo distingue y lo fortalece con cada generación.

Una de las celebraciones más emblemáticas ocurre en Mucuchíes, municipio Rangel, estado Mérida, donde el culto al Santo Negro es parte esencial de la identidad de sus habitantes. La festividad reúne a mujeres, hombres y niños conocidos como artilleros, quienes, vestidos con capas rojas, sombreros adornados y sus rostros pintados de negro, protagonizan la tradicional quema de pólvora con trabucos artesanales.

Una tradición que inspira a los jóvenes

Edward Rivas, un joven devoto de San Rafael de Mucuchíes, es un ejemplo de la permanencia de esta tradición entre los más jóvenes. Desde los 11 años, Rivas forma parte de la sociedad de San Benito y cada 29 de diciembre se une a la celebración para rendir homenaje al santo.

“Salgo de mi casa a las 4 de la madrugada; en el pueblo hay una casa donde nos vestimos y pintamos algunos de los artilleros. En agradecimiento por la hospitalidad, realizamos la primera descarga de pólvora”, explica Rivas.

Con 22 años de participación, Edward lleva 11 de ellos cumpliendo su promesa de presentarse descalzo como símbolo de agradecimiento y fe. Según él, San Benito representa humildad, sencillez y entrega a Dios, valores que inspiran a los artilleros a emular la caridad y devoción del santo.

Más de dos siglos de historia

La tradición de San Benito en Mucuchíes cumple este año 211 años de historia. Las festividades comienzan el 20 de diciembre con novenas en las distintas comunidades, culminando el 29 de diciembre con la gran celebración en la capital del municipio.

La quema de pólvora, realizada por más de 1.000 artilleros, rememora la Batalla de Niquitao, un episodio en el que, según relatos históricos, un coronel originario de Mucuchíes ofreció una fiesta con pólvora en honor al santo si lograba salir victorioso. Este hecho marcó el inicio de la tradición que sigue viva en el páramo merideño.

Este año, además, la Arquidiócesis de Mérida conmemora los 500 años del nacimiento de San Benito de Palermo con la participación de delegaciones de todo el estado, reafirmando la importancia de este culto en la fe y la cultura de la región.

La devoción a San Benito no solo fortalece la fe de los habitantes del páramo, sino que también une a generaciones enteras en una tradición que trasciende el tiempo y las fronteras./Con información NTA Noticias todo ahora

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