El presidente ha expulsado a aproximadamente una séptima parte de los jueces del Departamento de Justicia que deciden si deportar o no a los no ciudadanos.
NUEVA YORK — Una purga masiva de jueces ha dejado la red de tribunales de inmigración del gobierno federal diezmada y en desorden. Los jueces destituidos creen que es algo intencional.
La lista de quienes han perdido sus empleos desde que el presidente Donald Trump regresó al cargo incluye jueces con tasas de concesión de asilo a migrantes superiores al promedio, jueces con doble ciudadanía y aquellos con antecedentes de brindar defensa legal a inmigrantes. Pero no todos encajan en ese perfil.
“Se trata de destruir un sistema donde los casos se analizan cuidadosamente por personas con conocimiento del tema”, dijo Olivia Cassin, una exjueza de inmigración de Nueva York que fue apartada de su cargo a finales del mes pasado. “Están despidiendo a todo el mundo”.
Hasta ahora este año, la administración Trump ha destituido al menos a 98 de los aproximadamente 700 jueces de inmigración que estaban en funciones, según la Asociación Nacional de Jueces de Inmigración, una organización que aboga por tribunales de inmigración independientes. Decenas más se han jubilado o han renunciado. La disminución del personal y el creciente retraso en los casos están alimentando aún más el desorden.