El pastel iba acompañado de una nota anónima que decía: “Un regalo para la chica más guapa que he visto nunca”
Ana Luiza Oliveira Neves, una joven de 17 años, falleció el pasado domingo en Itapecerica da Serra, São Paulo, tras ingerir un pastel envenenado con óxido de arsénico. La adolescente fue hospitalizada el sábado luego de presentar síntomas de intoxicación, pero fue dada de alta. Al día siguiente, volvió a sentirse mal y murió antes de llegar nuevamente al hospital.
Según informó CNN Brasil, durante una rueda de prensa, el padre de la víctima, Silvio Ferreira das Neves, relató que la joven que envió el pastel -quien era sa amiga- estuvo presente durante todo el proceso.
«Ella vio cuando la llevé al hospital y, al día siguiente, también vio a mi niña caer en el baño y no mostró ninguna reacción… Después de que mi hija muriera, incluso me saludó y me abrazó», contó.
Universo Online (UOL), medio brasileño, detalló que la sospechosa incluso durmió en la casa de la familia la noche del sábado al domingo. Silvio añadió: “Esa chica se quedó a dormir en nuestra casa, siguió todo el caso. Vio cómo mi hija se sentía mal y cómo la llevaba al hospital. Al día siguiente, vio a mi hija caer en el baño y no mostró ninguna reacción”.
El padre afirmó no haber sospechado de la adolescente, ya que se comportaba de manera educada y amable. “Nunca en mi vida esperé que algo así pudiera pasar con una persona que está dentro de mi casa”, expresó.
En su declaración a la policía, obtenida por CNN Brasil, la sospechosa confesó haber colocado óxido de arsénico en el pastel. Según indicó, fue a una pastelería cercana a su casa, compró el dulce, lo adulteró y lo hizo llegar a la casa de Ana Luiza a través de un repartidor. El pastel iba acompañado de una nota anónima que decía: “Un regalo para la chica más guapa que he visto nunca”, según informó UOL.
El crimen habría sido premeditado. De acuerdo con la misma fuente, la adolescente confesó haber comprado el arsénico en Internet por 80 reales y dijo que el móvil fue el enojo y los celos, ya que sus antiguos novios habrían terminado con ella por otra chica, en un caso anterior de envenenamiento que no resultó fatal.
Sobre Ana Luiza, afirmó que no pretendía causarle la muerte, solo provocar “síntomas desagradables, como vómitos”. “No tenía intención de que ocurriera nada grave”, dijo, y agregó que se siente arrepentida y que estaba pasando por problemas psicológicos.
El caso está siendo investigado por la Comisaría de Policía Civil de Itapecerica da Serra. Según la Secretaría de Seguridad Pública, la justicia autorizó la detención de la sospechosa y se están realizando diligencias para esclarecer la dinámica del crimen. El cuerpo de Ana Luiza fue enterrada el martes en el cementerio municipal Recanto do Silêncio. Sus compañeros de clase declararon luto colectivo y no asistieron a clases ese día.
En medio de la conmoción, la pastelería Menina Trufa, donde se compró el pastel, negó cualquier responsabilidad en el hecho. En un vídeo difundido por redes sociales, la dueña, Josieli Franca, explicó que el producto fue adquirido en la tienda física, pero que no fue entregado por repartidores vinculados a la empresa.
“La entrega fue realizada desde un lugar desconocido por un motoboy que no presta servicios a la empresa, sin autorización ni vínculo con nosotros”, afirmó.
“Una persona compró un pastel en nuestra tienda física, salió de la tienda con nuestro producto y utilizó nuestra marca para introducir sustancias que aún se desconocen, pero que causaron una atrocidad… Quiero dejar muy claro que Menina Trufa no tiene nada que ver con esto”, subrayó./El Vocero