Jerusalén/Washington, 4 de octubre de 2025 – El movimiento islamista Hamas anunció este viernes que está dispuesto a liberar a todos los rehenes israelíes, vivos o muertos, siempre que se cumplan las “condiciones de campo” para el intercambio, y expresó su disposición a negociar a través de mediadores sobre el plan de paz presentado por el presidente estadounidense Donald Trump.
En un comunicado, Hamas afirmó estar preparado para iniciar conversaciones inmediatas y reiteró su disposición a transferir la administración de la Franja de Gaza a un organismo palestino independiente de tecnócratas, con respaldo árabe e islámico.
El plan de Trump, de 20 puntos, fue presentado el lunes en la Casa Blanca junto al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. La propuesta prevé un alto el fuego inmediato, la liberación de todos los rehenes en un plazo de 72 horas y un eventual camino hacia la autodeterminación palestina, aunque sin garantías.
Trump celebró la respuesta de Hamas y pidió a Israel detener de inmediato los bombardeos sobre Gaza para facilitar la liberación segura de los rehenes. “Creo que están listos para una paz duradera”, escribió en su red social Truth Social, calificando el día como “histórico”. Netanyahu, por su parte, dio la bienvenida a la declaración de Hamas y anunció que Israel se prepara para implementar la primera fase del plan.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, saludó la iniciativa de Trump y pidió un alto el fuego total, la liberación de todos los rehenes y prisioneros, ayuda humanitaria urgente y el inicio de la reconstrucción en Gaza.
El secretario general de la ONU, António Guterres, así como Egipto, Catar y otros países mediadores, también expresaron su apoyo a la iniciativa.
Uno de los puntos más controvertidos sigue siendo la exigencia de desarme de Hamas, contemplada en el plan de Trump, que el grupo aún no ha abordado directamente. Actualmente, se estima que 48 rehenes siguen en poder de Hamas en Gaza, de los cuales 20 estarían con vida.
De concretarse, este acuerdo representaría el mayor éxito diplomático internacional de la segunda presidencia de Trump, tras décadas de intentos fallidos de alcanzar una paz duradera en Oriente Medio.