El canciller Yván Gil aseguró en la sesión plenaria de la Organización de las Naciones Unidas que las medidas económicas impuestas por Estados Unidos no tienen fines comerciales legítimos, sino que buscan “controlar y subyugar a naciones soberanas”
El canciller Yván Gil denunció este lunes 16 de junio, durante la sesión plenaria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que las medidas económicas impuestas por Estados Unidos no tienen fines comerciales legítimos, sino que funcionan como herramientas de “presión política”.
“Son empleadas como instrumentos para controlar y subyugar a naciones soberanas”, afirmó en su intervención.
El ministro de Relaciones Exteriores cuestionó las medidas coercitivas y los aranceles impulsados por Washington, y aseguró que “persiguen objetivos diferentes a los relacionados con el comercio”.
Según Gil, estas sanciones forman parte de una estrategia que se ha mantenido por décadas. “Procuran objetivos similares a los de las políticas de las medidas coercitivas unilaterales que el Gobierno estadounidense ha abrazado durante décadas”.
El canciller insistió en que estas acciones no buscan la estabilidad económica ni la libre competencia, sino que responden a un “entramado de presión económica” dirigido contra los países que no se alinean con los intereses estadounidenses.
También reiteró la postura del gobierno de Nicolás Maduro frente a las restricciones impuestas, al considerarlas un atentado contra la soberanía y el desarrollo de las naciones.
En su discurso, exigió la eliminación de todas las medidas coercitivas y alertó sobre su impacto negativo en múltiples aspectos de la vida de los pueblos afectados.
“Violan gravemente y tienen un impacto negativo, entre otros, sobre el pleno goce de los derechos humanos, así como la adquisición de bienes y servicios, la transferencia de tecnología, la creación de capacidades y la cooperación Sur-Sur, Norte-Sur y triangular a escala mundial”, afirmó.
El canciller venezolano instó a la comunidad internacional a no aceptar estas prácticas y a cuestionar su legitimidad.
“Debemos evitar caer en la trampa de quienes recurren a la promulgación de estas medidas, de quienes persisten en su esfuerzo por imponer una falsa narrativa para confundir a la comunidad internacional y, si no, por legitimar estas prácticas”, concluyó Gil ante los representantes de los Estados miembros de la ONU.