Por Victor Nava – The New York Post | 7 de junio de 2025
Varios funcionarios de la administración Trump criticaron con dureza este viernes a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, después de que esta condenara públicamente las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que resultaron en la detención de 44 personas. Las redadas, que tuvieron lugar en varios puntos de la ciudad, provocaron intensas protestas que derivaron en enfrentamientos con la policía.


“La comunidad se ha quedado aterrorizada. ICE estaba persiguiendo literalmente a la gente por la calle”, denunció Bass, asegurando que su oficina está trabajando con organizaciones comunitarias defensoras de inmigrantes. “No toleraremos estas acciones”.
La respuesta desde Washington no se hizo esperar. Stephen Miller, vicejefe de gabinete de la Casa Blanca, fue tajante: “No tiene usted ninguna autoridad en esto. La ley federal prevalece y será aplicada”.
Sebastian Gorka, asesor de la Casa Blanca, también cargó contra Bass. “Son ilegales, no inmigrantes”, escribió en la red X, refiriéndose a recientes incidentes vinculados a extranjeros que han cometido delitos. “Si ayudas a violar la ley, eres cómplice. Y eso es un crimen”.
La tensión aumentó en el centro de Los Ángeles cuando agentes federales intentaban retirar a los detenidos del edificio federal utilizado como centro de detención migratoria, y cientos de manifestantes arrojaron objetos contra los vehículos de ICE. La policía local lanzó granadas aturdidoras y gas para dispersar la protesta. En el caos, algunos vehículos oficiales fueron rodeados, y una persona fue casi atropellada.


El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) confirmó que los arrestos formaban parte de un operativo judicial autorizado. Además de las detenciones, el activista sindical David Huerta, presidente del SEIU en California, fue arrestado por obstrucción a las labores federales. “Bloqueó el paso de un vehículo federal y será procesado el lunes”, declaró el fiscal federal Bill Essayli.
Las redadas comenzaron la mañana del viernes, destacando el operativo en el Home Depot de Wilshire y Union, donde testigos reportaron que agentes bajaron de vehículos sin identificación oficial y comenzaron a perseguir a jornaleros latinos. Otro punto fue el Distrito de la Moda, donde se inspeccionó la empresa Ambiance Apparel en busca de documentos falsos.
Tricia McLaughlin, portavoz del DHS, señaló que la violencia registrada contra ICE fue inaceptable. “Han rodeado un edificio federal, atacado oficiales, pinchado llantas y vandalizado propiedad pública. El LAPD no intervino. Esta violencia debe terminar”.
Richard Grenell, enviado presidencial especial, culpó directamente a Bass: “Ella encendió esto. Atacó la legalidad y socavó el estado de derecho”.
El incidente ha reactivado la tensión entre el gobierno federal y ciudades santuario como Los Ángeles, en un momento en que la administración Trump intensifica su política de deportaciones en todo el país.