El sábado 7 de junio, la Capilla Padre María Claret se llenó de fervor y emoción con la preparación espiritual de los rocieros como antesala a Pentecostés.
Allí, frente a la Virgen del Rocío entronizada, se rezó el rosario, se cantó el Ángelus y se ofrecieron peticiones que fueron quemadas en la candela como símbolo de renovación. Con sevillanas, cantos y un compartir fraterno, armamos las tradicionales bolsitas con pétalos y romero para la gran romería, mientras contemplábamos a nuestra Virgen, ya vestida con el traje que luciría en su caminar por las calles.
El domingo 8 vivimos nuestro día grande: la Virgen salió en romería desde su Ermita hacia la iglesia parroquial, acompañada por cantos, bailes, altares familiares y la presencia de escuelas de flamenco como Ary Flamenca, Castañuelas, La Rosa de la Danza, Duende Gitano y Sarsale. El rejoneador José Luis Rodríguez Agostini engalanó la procesión con sus caballos, y los peregrinos, llenos de fe, la llevaron en hombros. Al llegar a la iglesia Santiago de La Punta, fue recibida entre pétalos y oraciones, dando paso a una emotiva misa rociera.
Fue un encuentro de generaciones, tradición y devoción, que dejó huella en el corazón de todos./@gentecomopolitantv
