En Mérida, la tradición del pesebre andino vuelve a ser protagonista de las festividades navideñas, reuniendo a las familias en torno a esta expresión de fe y cultura.
Durante el fin de semana, los hogares merideños comenzaron a decorar sus espacios con arbolitos, nacimientos y portales, en un ambiente cargado de espiritualidad y unión familiar.
El pesebre ocupa un lugar central en las viviendas andinas, destacándose por su diseño inspirado en los paisajes de la región, con montañas, ríos, caminos y rebaños.
En esta representación, materiales como madera, lana y arcilla son utilizados para recrear la conexión del hombre con la naturaleza, mientras figuras de campesinos y artesanos reflejan las costumbres y oficios locales.
A pesar de las dificultades económicas, los merideños siguen acudiendo a los mercados en busca de elementos decorativos.
Con un gasto promedio de 50 dólares, las ovejas de cerámica, los nacimientos y los portales de madera son los más adquiridos. Sin embargo, los comerciantes reportan ventas lentas y confían en que la demanda aumentará en los próximos días. Esta tradición, que ha pasado de generación en generación, no solo fortalece el sentido de pertenencia, sino que también mantiene viva la esencia de la Navidad en los Andes venezolanos, convirtiendo cada pesebre en un homenaje a la fe y la cultura regional./
Con información JQ, CNP 23.851 | Fotografía y videos cortesía.