“En medio de un preocupante panorama, El Vigía enfrenta una creciente invasión de la economía informal que está transformando su centro histórico en un espacio anárquico y peligroso. La falta de control de tránsito y la proliferación de motocicletas y vendedores informales en aceras y calles han convertido la zona en un entorno caótico donde la seguridad se ve comprometida. Esta situación no solo afecta la operatividad de los comercios establecidos, con accesos bloqueados y fachadas obstruidas, sino que también incrementa la evasión fiscal y perpetúa la precariedad económica de muchas familias que dependen de estas actividades para subsistir.
La carga tributaria sobre los comercios es significativa, abarcando impuestos nacionales y municipales como el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto sobre la Renta (ISLR), y otros gravámenes específicos como el Impuesto a los Grandes Patrimonios y el Aporte al Fondo Nacional del Deporte. A pesar de cumplir con estos compromisos fiscales y con los servicios básicos como aseo urbano, electricidad y agua, los comerciantes enfrentan también la falta de planificación urbana y modelos gerenciales deficientes que limitan el crecimiento económico y la estabilidad laboral en la región.
Ante esta realidad, es urgente que las autoridades locales implementen medidas efectivas para restaurar el orden y promover un entorno económico más seguro y regulado, que no solo proteja los intereses comerciales legítimos, sino que también mejore las condiciones de vida de todos los habitantes de El Vigía” / Con información de LRD