
Con motivo de los 126 años de la consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento, más de 500 cofrades se reunieron en la Basílica Menor Inmaculada Concepción de Mérida para participar en un encuentro formativo, la celebración eucarística y una procesión por las calles de la ciudad, renovando su compromiso de fe.

La Eucaristía fue presidida por el padre Leonardo Angulo y concelebrada por los presbíteros Jony Mora, Gabriel Rivas, Jhon Chacón, Jean Carlos González y Fray Pedro Castellanos O. Carm.
Religiosos, religiosas, laicos comprometidos y feligreses acompañaron esta emotiva jornada, mostrando la profunda devoción de la comunidad merideña.

En su homilía, el padre Jony Mora reflexionó sobre tres aspectos esenciales de la presencia eucarística. Primero, la Eucaristía como el pan que transforma. «Deja de ser pan y vino para convertirse en el Cuerpo de Cristo, que a su vez moldea nuestras vidas. No importa cuánto tiempo llevemos sirviendo en la Iglesia; es Jesús quien continúa transformándonos».

Como segundo aspecto, el padre destacó que la Eucaristía es un llamado al servicio. Tal como se nos recuerda en la lectura del evangelio de san Juan del Jueves Santo, debemos permitir que la Eucaristía nos convierta en servidores. Cada uno posee dones y talentos hermosos que, en unión con Jesús, podemos poner al servicio de los demás.
Finalmente, el padre indicó que la Eucaristía es el memorial que nos santifica y nos lleva al cielo. En ella encontramos la fortaleza y la entereza para perseverar en el camino de la santidad. Es el pan de la Jerusalén celestial, una fiesta a la que siempre asistimos con nuestro mejor traje, sabiendo que al Señor debemos darle lo mejor, y que en ese pan obtendremos la vida eterna, pues nos transformamos en aquello que comemos.
Procesión por las calles de Mérida
Luego de la celebración de la Eucaristía, comenzó el recorrido por las calles de la ciudad, donde todos los asistentes tuvieron la oportunidad de participar llevando los palios de las cofradías de las diferentes parroquias de la Arquidiócesis. Durante la procesión, se hicieron varias paradas para momentos de oración especial.
Se elevaron peticiones por los afectados por las emergencias de lluvias en el estado y por la paz del país. Frente al Rectorado de la Universidad de Los Andes, se oró por esta casa de estudios, sus estudiantes, egresados y personal. En el cuarto y último altar, todos los presentes renovaron la consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento.
Por último, frente al Santísimo Sacramento, se llevó a cabo la juramentación de dos nuevas directivas, pertenecientes a las parroquias El Sagrario Catedral y San Miguel Arcángel de Jají. Los nuevos cofrades se consagraron ante Jesús Eucaristía. Además, se seleccionó a la comunidad de Santa Bárbara de Guaraque como sede de la 145.ª Asamblea Eucarística.
Historia y oración de la consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento
El 2 de julio de 1899, un momento de grandes desafíos políticos y sociales para el país y la Iglesia, el padre Castro, quien más tarde sería arzobispo de Caracas y fundador de la Congregación Siervas del Santísimo Sacramento, propuso al Episcopado Venezolano esta solemne consagración. Su iniciativa fue acogida unánimemente por los obispos, y el acto de consagración fue leído por Monseñor Críspulo Uzcátegui, Arzobispo de Caracas en aquel entonces.
El padre Jony Mora recordó que es un momento propicio para orar por las necesidades actuales del país y renovar esta consagración a través del servicio a los hermanos. Hizo un especial llamado a continuar orando por todos los necesitados, en particular por los merideños afectados por las recientes lluvias.