En medio de la difícil situación que atraviesan diversas comunidades del estado Mérida, donde muchas familias lo han perdido todo a raíz de las lluvias del pasado 24 de junio, hoy se alzan voces en reclamo ante una realidad inaceptable: la ayuda humanitaria está siendo obstaculizada.
Vecinos y voluntarios denuncian que funcionarios policiales han impedido el paso de alimentos, ropa, agua potable y otros insumos esenciales destinados a los damnificados. Estas acciones no solo carecen de justificación, sino que vulneran los derechos fundamentales de las personas afectadas.
“Esto no es un favor, es un deber moral y humanitario”, expresan los afectados. Rechazan cualquier traba que impida el auxilio a quienes más lo necesitan y exigen que la solidaridad prevalezca por encima de cualquier interés o burocracia.
Hacen un llamado urgente a las autoridades competentes para que se pronuncien, actúen con responsabilidad y garanticen el libre tránsito de la ayuda. La solidaridad no debe tener fronteras ni barreras impuestas.
Las comunidades afectadas merecen respuestas, no más obstáculos.