Estados Unidos acoge el nuevo formato del Mundial de Clubes —con 32 equipos y una bolsa de premios de mil millones de dólares— del 14 de junio al 13 de julio, sirviendo como plataforma de prueba para el Mundial de selecciones 2026, que coorganizará junto a México y Canadá .
La presencia del presidente Donald Trump y su estrecha relación con Gianni Infantino añade tensión al evento, marcado por políticas migratorias restrictivas y protestas multitudinarias en ciudades como Los Ángeles, donde se han desplegado militares y la Guardia Nacional . Estas medidas han provocado demoras en la emisión de visados —con esperas de hasta 18 meses en algunos países— y han generado temores de baja afluencia internacional, especialmente entre hinchas afectados por vetos .
Aunque la FIFA ha asegurado que atletas y delegaciones cuentan con exenciones, las restricciones han afectado a aficionados ordinarios, muchos de los cuales podrían no poder viajar, lo que plantea un desafío logístico para el 2026 . Además, agentes federales como ICE y CBP estarán presentes en los estadios —como el Hard Rock Stadium—, lo que añade un componente de vigilancia y control a la experiencia deportiva .
En este escenario, las ventas de entradas han sido más lentas de lo previsto en EE. UU., mientras que grandes estrellas como Messi han despertado interés limitado ante el contexto político y la falta de clubes europeos de primer nivel .
Con un año exacto hasta el inicio del Mundial de 2026 —con 48 selecciones y 104 partidos, 78 de ellos en territorio estadounidense—, el Mundial de Clubes se perfila como una prueba crítica. La seguridad, las políticas migratorias, el influyente papel de Trump y las protestas sociales conforman una antesala apremiante para el gran evento futbolístico global ./Agencias/Elpais.con