Al menos 44 personas han sido detenidas por agentes federales en tres operativos repudiados por un centenar de manifestantes.
Una persona protesta con una bandera de México y Estados Unidos frente a una de las redadas de ICE en el centro de Los Ángeles.
Foto: AP | Vídeo: REUTERS
LUIS PABLO BEAUREGARD
Los Ángeles – JUN 06, 2025 – 22:39
Actualizado: JUN 06, 2025 – 23:46 EDT
La gran maquinaria de deportaciones de Donald Trump desembarcó este viernes en el corazón de Los Ángeles. Tres redadas llevadas a cabo por las autoridades federales se toparon con la resistencia de un centenar de activistas que repudiaron la política migratoria de la Administración republicana. El encuentro, en tres puntos de la ciudad, dejó momentos de tensión captados por los helicópteros de los medios locales y por los manifestantes que plantaron cara a los agentes de ICE, la policía de inmigración, y otras dependencias federales. Los operativos dejaron al menos 44 indocumentados detenidos y un líder sindical arrestado por obstaculizar el trabajo de los uniformados.

Este ha sido, de momento, el golpe más duro que ICE ha dado a Los Ángeles, considerada una de las principales ciudades santuario del país. Las redadas fueron condenadas por las autoridades locales. Gavin Newsom, el gobernador de California, calificó el operativo de “caótico”, “temerario” y “cruel”. Karen Bass, la alcaldesa angelina, se dijo “indignada y entristecida” por lo sucedido. “La comunidad se ha quedado aterrorizada, ICE estaba persiguiendo literalmente a la gente por la calle”, afirmó Bass en una entrevista.
Los jefes de policía de la ciudad y el condado de Los Ángeles se desmarcaron de las acciones, afirmando que sus uniformados no participaron en las detenciones. Jim McDonald, el jefe de la policía angelina, declaró a la cadena ABC que el FBI pidió el apoyo de la fuerza de seguridad para resguardar a los agentes federales, equipados con uniformes tácticos y chalecos antibalas, de los manifestantes. “Estamos dispuestos a proteger a todos, incluso a los agentes del FBI”, indicó McDonald. El FBI ha sido una de las fuerzas que Trump ha movilizado para reforzar la cacería de indocumentados.

La tensión fue escalando en las últimas horas de la tarde. Elementos de la policía de Los Ángeles abandonaron su posición neutral y reforzaron la presencia de las autoridades en un edificio federal del centro que es utilizado como centro de detención migratoria por Seguridad Interior. Decenas de manifestantes arrojaron piedras y objetos a la construcción. La policía antidisturbios respondió con gas y balas de goma para dispersar la protesta. También fue declarada una reunión ilegal, lo que permite a las autoridades arrestar a todo aquel que no desaloje el sitio.



Los manifestantes arrojaron huevos y objetos a los agentes federales que iban a bordo de camionetas y patrullas blindadas. Las cámaras aéreas de la televisión captaron el momento en que un manifestante intentó bloquear el paso de uno de los vehículos oficiales, pero este no detuvo su marcha y casi lo arrolla. La persona fue asistida en el suelo por otros activistas.
Algunos testigos dijeron que los agentes de ICE también utilizaron gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes y así poder sacar a los vehículos con los detenidos en las redadas.


El Departamento de Seguridad Interior afirmó, a través de un comunicado, que los agentes federales ejecutaron cuatro órdenes de aprehensión en tres locaciones del centro de Los Ángeles, deteniendo a 44 personas bajo sospecha de ser indocumentadas y a un líder comunitario. Este es David Huerta, el líder del sindicato SEIU, uno de los más grandes de California con 750,000 miembros, quien resultó herido y después fue arrestado por las autoridades.
“Estamos orgullosos de la participación de nuestro presidente como observador comunitario, con lo que confirma su larga historia abogando por el bien de los trabajadores indocumentados”, aseguró el sindicato. La organización afirma que Huerta solo estaba observando pacíficamente cuando fue aprehendido.
La presencia de agentes de ICE se comunicó en las redes sociales desde temprano en el barrio de Cypress Park, al norte del centro de Los Ángeles. Varias personas grabaron con sus móviles a los uniformados en el estacionamiento de un Home Depot, una tienda de materiales de construcción que también sirve como punto de reunión para obreros latinos que ofrecen sus servicios.
A poca distancia de allí, en la zona conocida como el distrito de la moda, llena de comercios y fábricas textiles, los agentes federales desembarcaron en Ambiance Apparel, una marca de ropa que surte de prendas a varios negocios internacionales de la industria. El fiscal Bill Essayli aseguró que ICE estaba buscando “documentos falsos” entre los empleados.

Los agentes salieron de una enorme bodega acompañados de varios empleados esposados, quienes fueron subidos a varias camionetas blancas. Los activistas y manifestantes fueron llegando al lugar con el paso de los minutos. Defensores de derechos humanos gritaban a través de un megáfono a los detenidos para recordarles que tenían derechos, que podían guardar silencio y contar con un abogado. También les sugerían no firmar ningún papel.
Es la segunda demostración de fuerza que ICE hace en California en una semana. El viernes 30 de mayo, varios agentes armados y con equipos antidisturbios llegaron a un céntrico restaurante de San Diego, en plena hora punta, para detener a varios empleados de la cocina. Pero el resultado del operativo no fue el deseado: los comensales y varios vecinos obligaron a las autoridades a replegarse y abandonar la escena. El operativo fue condenado por las autoridades locales. Pero Donald Trump no cede. Sus hombres siguen tocando a las puertas de las ciudades santuario.
