Geoff Ramsey, miembro senior del Atlantic Council en Washington, apuntó que «los recientes vaivenes en la política sobre Venezuela han dejado a los inversores, y francamente a todos los demás, desconcertados».
En menos de 24 horas, la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cambió su postura sobre Venezuela en relación con extensión por 60 días de la licencia petrolera otorgada a Chevron. Esto también sacó a la luz las diferencias que existían a puerta cerrada en la Casa Blanca.
Los precios de los bonos del país fluctuaron luego de que un funcionario estadounidense anunciara el martes 20 de mayo que Chevron recibiría una extensión de la licencia que le permite operaciones en Venezuela, luego de que actual expire el 27 de mayo.
Para la noche del miércoles 21 de mayo, esto fue contradicho a través de un tuit nocturno del secretario de Estado, Marco Rubio. Se trató de un mensaje que fue la última señal de las discrepancias internas del gobierno de Trump sobre cuánta presión ejercerán sobre la administración del presidente Nicolás Maduro.
Quienes abogaban por endurecer las restricciones, liderados por el secretario de Estado, se enfrentaron a la oposición de quienes buscaban flexibilizarlas para obtener la cooperación de Venezuela en otros temas, como la migración.
«Los recientes vaivenes en la política sobre Venezuela han dejado a los inversores, y francamente a todos los demás, desconcertados», declaró Geoff Ramsey, miembro senior del Atlantic Council en Washington. «La pregunta es si la administración puede articular estos dos enfoques en una única y más cohesiva rutina de ‘policía bueno, policía malo’».
El presidente Donald Trump ha dado señales contradictorias. Dio el visto bueno a la extensión de la licencia, pero también se sumó a la línea dura de Rubio, interviniendo en una publicación en redes sociales a principios de este año.
A principios de esta semana, parecía que el otro bando, personificado por el Enviado Especial Richard Grenell, había cambiado la situación con un acuerdo para el regreso de un veterano de la Fuerza Aérea estadounidense retenido por Venezuela. A cambio, prometió a Caracas una prórroga de 60 días para la licencia otorgada a la empresa petrolera estadounidense.
«El presidente Trump autorizó esa prórroga si lográbamos algún progreso, si lográbamos generar confianza», declaró Grenell en el podcast War Room de Steve Bannon. «Pudimos hacerlo hoy. Así que se concederá la prórroga».
Los tenedores de bonos venezolanos y quienes abogan por el levantamiento de las sanciones recibieron con agrado la noticia. Sin embargo, los miembros de la delegación del Congreso de Florida, donde el problema de Venezuela es ya un asunto electoral de gran importancia, no estaban contentos. Tenían influencia porque la Casa Blanca terminó necesitando todos los votos republicanos posibles para aprobar el gran paquete fiscal de Trump en la Cámara de Representantes.
La congresista María Elvira Salazar, quien representa a Miami, dejó claro en una breve entrevista el miércoles 21 de mayo que Trump no obtendría su voto si se otorgaba la prórroga de sesenta días. «El presidente ha dado su palabra», dijo.
El tuit de Rubio se produjo pocas horas antes de la votación de la Cámara de Representantes, que Trump promocionó como «¡la legislación más significativa jamás firmada en la historia de nuestro país!».
El gobierno negó cualquier contradicción.
«No hay ninguna confusión», declaró la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, en una sesión informativa el jueves al ser preguntada sobre las declaraciones. «Muchas personas sobre cada tema pueden tener opiniones diversas. Pero creo que, claramente, a quienes nos dirigimos es a quienes tienen el poder de influir y toman las decisiones, y, por supuesto, esto también está bajo la dirección del presidente Trump».
Grenell declinó hacer comentarios. Chevron y el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca no respondieron a una solicitud de comentarios, indica una nota de la Agencia Bloomberg.