La ciudad de Barquisimeto se vistió de gala para recibir a su patrona, la Divina Pastora. En una noche cargada de fe y esperanza, miles de fieles se congregaron en las calles para acompañar a la sagrada imagen en su tradicional recorrido. Desde temprana hora, la feligresía se dio cita en Santa Rosa, ansiosa por iniciar la peregrinación
El recorrido de la Divina Pastora fue un verdadero espectáculo de fe. Las calles se llenaron de color, música y fervor religioso. Los devotos, ataviados con prendas alusivas a la Virgen, caminaron junto a la sagrada imagen, elevando plegarias y cumpliendo promesas. La emoción era palpable en cada rostro, y el ambiente era contagioso.
La Avenida Vargas, uno de los puntos más emblemáticos del recorrido, se convirtió en un mar de gente. Allí, los fieles se reunieron para expresar su amor y devoción a la Divina Pastora. La imagen de la Virgen, rodeada de miles de velas y flores, era un espectáculo conmovedor que quedará grabado en la memoria de todos los presentes.
La procesión culminó en la Catedral Metropolitana, donde se celebró una solemne eucaristía. Durante la homilía, el arzobispo de Mérida, monseñor Elisandro Alvarado, destacó la importancia de la fe y la esperanza en tiempos difíciles. «La Divina Pastora es un símbolo de nuestra identidad como venezolanos», afirmó el arzobispo. «Su presencia nos llena de fuerza y nos inspira a seguir adelante»/elimoulso