José Antonio Ibarra, un migrante venezolano indocumentado de 26 años, fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de Laken Riley, una estudiante de enfermería de la Universidad de Georgia, en un caso que generó atención nacional y reavivó el debate sobre políticas migratorias en Estados Unidos.
El crimen ocurrió en febrero, cuando Riley fue atacada mientras corría cerca del campus universitario. Ibarra fue declarado culpable de asesinato con malicia, homicidio doloso, secuestro con lesiones y otros cargos.
Durante el juicio, la fiscalía presentó pruebas, incluyendo ADN, que vinculaban a Ibarra con el crimen.
La madre de la víctima, Allyson Phillips, pidió una sentencia severa, subrayando el sufrimiento causado por la pérdida de su hija.
El caso se convirtió en un tema central en las discusiones sobre inmigración en EE. UU., con figuras políticas, como el expresidente Donald Trump, utilizando el incidente para abogar por políticas migratorias más estrictas.
Sin embargo, defensores de los derechos de los migrantes advirtieron contra generalizar el crimen a toda la comunidad inmigrante./infobae.com