Durante su participación en el Foro La Toja, celebrado en la localidad española de O Grovera, Edmundo González Urrutia afirmó que su voz es la “de un venezolano más que podría ser la de muchos otros”, aunque admitió que intervino “con la plena responsabilidad de mi carácter de presidente electo reconocido por 8 millones de venezolanos y por buena parte de la comunidad internacional”.
Tras expresar su agradecimiento a España y resto de Europa “por la bondad y comprensión con la causa venezolana”, garantizó que su salida de Venezuela “es temporal. Me toca ser una parte más de la emigración, pero volveré”. Explicó que se vio obligado a abandonar Venezuela “a causa de presiones inenarrables y amenazas extremas que tocaban a lo más cercano de su vida familiar”.
Si bien, mantiene que su situación personal es distinta a la del resto de venezolanos que salieron de su país: “Soy uno más de esta migración, forzado a dejar nuestra tierra. Me toca acompañar a la diáspora”. Recordó que una cuarta parte del país no vive en la tierra que los vio nacer.
Edmundo González se presenta como portavoz y gestor de las acciones a su alcance “al más alto nivel”, para “motorizar la solidaridad española y, por extensión, del resto de Europa, con la causa democrática de Venezuela”. Se mostró agradecido a España, por ayudarle a enfrentarse a este capítulo y a “los generosos recursos del accionar diplomático, dentro de lo previsto en el derecho internacional”.
Recordó la persecución política, pero también quiso agradecer a España “la posibilidad de que mi voz pueda expresarse sin ataduras, con la libertad de estar en un país libre”. Pero, mientras el presidente está aquí: “mis compatriotas están padeciendo experiencias terribles”.
González explicó que en Venezuela los habitantes padecen lo que muchos han dado en llamar el “insilio”, un exilio interior o la obligación de la sociedad a guardar silencio: “Producto del miedo, chantaje, amenaza e intimidación que conduce a la sociedad a asumir una actitud, solo en apariencia, indiferente a lo que está ocurriendo”.
González describió una sociedad venezolana bajo el yugo de un “cepo comunicacional”, una censura por la cobertura informativa sin ningún carácter imparcial. Con todo, asegura que las redes sociales y medios digitales han logrado que las noticias entren en el país.
En medio de este drama, recuerda que “ningún pueblo del mundo puede ser indiferente y menos una España que llegó a experimentar esa clase de amargura en carne propia”.
Y, en ese contexto, González pidió acción: “Considero llegada la hora de solicitarles a ustedes, con más empeño que nunca, lo mucho que esta España libre, plural y democrática y plenamente integrada a la Comunidad Europea puede hacer, junto a la presión combinada de la comunidad internacional para contribuir a que en Venezuela se haga valer plenamente la soberanía popular expresada” en las urnas./efectococuyo